sábado, 14 de marzo de 2009

No me rio.



El Bote.
La significación total de la sequía, ese pequeño bote, te juro, que hizo feliz a sus tripulantes. El capitán, me imagino, el tío, alguno de nosotros comandantes de abordo, el cocinero solía quedarse en tierra y hacer señas de humo con olor a carne asada. El capitán y todos los tripulantes pasado el mediodía emprendían regreso y volvían con la mercancía para la cena.
Como una especie de pirata de la sequía me tope con este bote al caminar unos metros río adentro y aseguro que fue un buen tesoro para algún que otro recuerdo.




El pico.
Para mi, ahí comienza el rió, me pueden decir que no, que es en Santa fe y desemboca en la bahía de samborombon. Pero me atrevo a negarlo. Ahí conocí el río, ahí pesque por primera vez, pase de la dientudera a una caña mas sofisticada, pesque mi primera lisa, mi primer taralila, deje mi primer equipo.
Cabe aclarar, el lugar más cercano al casco de mi pueblo. El lugar donde en bici, ibas sin la nariz tapada.






El puente roto.
Desde mi llegada al sentido común, recuerdo a este puente, lo recuerdo con la singular característica de “roto”. Dicen que por allá, en los años negros de la dictadura militar, un grupo de militares, desde ya, apoyados por el gobierno de Videla, Agosti o el borracho de Galtieri. Por medio de la implosión, destruyeron este puente que unía por medio de una calle de tierra a Roque Pérez con varias ciudades y pueblos.
Yo no me quejo (por el puente roto), lo vi así, lo asimile así, pero eso mismo da lugar a incontables aventuras que se me vienen a la mente. Ahí hemos dejado asados, guitarreadas, alegrías, encuentros, desencuentros y algún que otro equipo de pesca que se engancho con este gigante desplomado.





No hay comentarios:

Publicar un comentario